Lectura bíblica: Esd. 7:6-10, 21, 27-28; 8:21-23; 10:1; Neh. 1:1-11; 2:4, 10, 17-20; 3:1-6; 4:4-5, 9; 5:10, 14-19; 8:1-4, 8-9, 14

I. El que un remanente de los hijos de Israel fuese recobrado al haber sido sacado de Babilonia y llevado a Jerusalén representa el hecho de que el Señor está recobrando un remanente de la iglesia al sacarlos de la división y confusión actual y llevarlos de regreso al terreno original de la unidad—Ap. 17:1-6; 18:2, 4a.

II. En el recobro del Señor necesitamos los Esdras, es decir, maestros sacerdotales que contacten a Dios, que estén saturados de Dios, que sean uno con Dios y estén llenos de Dios, y que sean versados en la Palabra de Dios—Mt. 13:52; 2 Co. 3:5-6; 1 Ti. 2:7:

  1. Esdras era un sacerdote y también un escriba, versado en la ley de Dios; como tal, Esdras tenía la capacidad para cubrir la necesidad—v. 21.
  2. Esdras reconstituyó el pueblo de Israel al educarlos con las verdades celes­tiales a fin de que Israel pudiera llegar a ser el testimonio de Dios—Neh. 8:1-4, 8:
    1. Después de regresar del cautiverio, el pueblo todavía era indómito, pues ellos habían nacido en Babilonia y habían sido criados allí.
    2. Era necesaria la enseñanza y la reconstitución para introducir el pueblo de Dios en una cultura que era según Dios, una cultura que expresara a Dios; esta clase de cultura requiere una gran cantidad de educación—Neh. 8:8.

III. A fin de reconstituir al pueblo de Dios, existía la necesidad de educarlo con la palabra que sale de la boca de Dios y que expresa a Dios—Sal. 119:2, 9, 105, 130, 140:

  1. Esdras no habló nada nuevo; lo que él habló ya Moisés lo había hablado—Esd. 7:6; Neh. 8:14.
  2. Ser constituidos con la verdad significa que la verdad se ha forjado en nuestro ser al grado en que ella llega a ser nuestro elemento constitutivo, nuestro ser intrínseco, nuestra constitución orgánica—2 Jn. 2:
    1. Una vez que la verdad es captada por nuestro entendimiento, ésta permanece en nuestra memoria y entonces retenemos la verdad en nuestra memoria, lo cual redunda en un depósito de la verdad acumulado en nuestro ser—1 P. 1:13; 2 P. 1:15; 3:1.
    2. Después que retenemos la verdad en nuestra memoria, ésta llega a ser un alimento que nos nutre constantemente y a largo plazo; así, acumulamos la verdad en nuestro ser y podemos ser continuamente nutridos— 3:16, 4; 1 Ti. 4:6.
  3. Todos necesitamos recibir la ayuda del Estudio-vida de la Biblia y de la Versión Recobro con sus correspondientes notas de pie de página, a fin de ver el significado intrínseco de las palabras de la Biblia—Neh. 8:8, 13:
    1. Deberíamos ayudar a los santos a cultivar el hábito o la práctica de dedicar por lo menos treinta minutos en la Palabra cada día—Hch. 17:11-12; Mt. 4:4; 1 P. 2:2.
    2. Si hacemos esto cada día, poco a poco la palabra se acumulará en nosotros y tendremos una rica reserva de la palabra del Señor—Col. 3:16; 1 P. 2:2.
    3. Si todos leen la Palabra del Señor de esta manera, la verdad entre nosotros aumentará muchísimo, y llegaremos a ser una casa de eruditos; entonces, cuando abramos nuestras bocas, allí habrá una fragancia erudita—1 Ti. 3:15, 4:12-13.

IV. Necesitamos Esdras que enseñen a las personas, las eduquen y las constituyan de las verdades celestiales—Esd. 7:10-12, 21; Neh. 8:8

  1. La mayor necesidad que debemos satisfacer es introducir a los santos que están en el recobro del Señor en la verdad a fin de llevar adelante el recobro—2 Ti. 2:2, 15.
  2. La responsabilidad principal que tienen los ancianos es enseñar las verdades a los santos—1 Ti. 3:2; 5:17; Tit. 1:9.
  3. La norma del recobro del Señor dependerá de la norma de la verdad que divulguemos; las verdades serán la medida y la norma—Jn. 18:37.

V. El libro de Nehemías es una historia de la reedificación del muro de la ciudad de Jerusalén como recobro continuo efectuado por Dios entre Sus elegidos a fin de obtener Su testimonio para el cumplimiento de la economía de Dios—2:9-20; cfr. Ez. 13:3-5; 22:30:

  1. El denuedo de Nehemías nos muestra que en el recobro del Señor hoy se necesita el denuedo apropiado—Ro. 15:19-23.
  2. Los que reciben ayuda de parte de Dios son quienes tienen denuedo; al igual que Nehemías, el apóstol Pablo estaba aliado con Dios, y podía ver la asistencia de Dios en esta alianza—Hch. 26:21-22.

VI. Al recobro del Señor se le ha encomendado la gran tarea de propagar las verdades—Mt. 24:14, 28:19; Ro. 16:25-26:

  1. La encomienda actual del Señor debería ser: “Id y enseñad a las naciones (cfr. Mt. 28:19) para que la era actual sea consumada” —Mt. 24:14.
  2. A fin de propagar las verdades, los ancianos y los hermanos que llevan la delantera necesitan esforzarse para producir jóvenes en todas las iglesias—2 Ti. 2:1-2:
    1. Necesitamos jóvenes para llevar a cabo el mover actual del Señor.
    2. Todos los colaboradores y todas las iglesias necesitan prestar atención a engendrar “descendientes espirituales”.
  3. “Yo espero vivir en esta tierra y ver con mis propios ojos la verdad del Señor, no sólo impresa en libros a través de nuestras manos, sino también enviada por medio de nosotros a cada parte del mundo y prevaleciente en todo lugar. Estoy absolutamente convencido de que esto apresurará el regreso del Señor porque es por medio de esto que el Señor preparará Su novia.” (La economía de Dios y el misterio de la transmisión de la Trinidad Divina, 12)